Además de las conocidas luchas entre Gladiadores en el Anfiteatro Flavio (Coliseo) o a las luchas contra las bestias feroces exhibidas en numerosas películas, los Romanos amaban también las carreras de bigas. El Circo Massimo era el hipódromo capaz de alojar 250.000 personas que asistían a emocionantes competiciones donde frecuentemente los competidores caían desastrosamente. También el teatro era muy seguido con sus dos espectáculos, uno dramático y el otro cómico para levantar el ánimo. Hay que hacer notar que si bien los Romanos amaran las artes griegas, los actores no eran considerados como artistas sino al contrario como personas de bajo nivel social.
Todos los espectáculos desde el Coliseo al Hipódromo o al Teatro eran gratis, los gastos en general eran pagados por el Emperador o una persona importante, ambos con la finalidad de ganarse la simpatía del pueblo.
Para terminar hay que recalcar que, contrariamente a cuanto se cree, los Gladiadores no combatían contro los animales, sino contra otros Gladiadores. Eran los Venadores que efectuaban las terribles luchas contra las bestias feroces provenientes de las más remotas provincias del Imperio.
Ya sea los Gladiadores como los Venadores eran esclavos, a menudo eran guerreros hechos prisioneros durante las guerras. Pero a veces, como hizo el Emperador Commodo, también quien no era esclavo podía combatir para demostrar el propio valor y coraje.
El Gladiador vencido miraba al Emperador, el cual de acuerdo al humor del público decidía: pulgar levantado significaba la gracia y pulgar abajo la muerte.

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